Hay quienes viven muy rápido su vida. Queman etapas. Tienen hijos muy temprano o se casan de muy jóvenes... luego se divorcian y siguen buscando re-adaptarse a lo que antes habían construido, volver a casarse, tener hijos, una casa en el campo o en la ciudad, ser gerentes de banco.
Pero...
Hay quienes viven su vida a otro RITMO. No quieren quemar etapas ni tener hijos muy temprano, tampoco piensan en casarse jóvenes o formar rápido parte de una empresa. Hay quienes buscan tomarlo todo con calma, vivir contemplando la vida, hallando en cada persona o situacion su profundidad, vivir la libertad de viajar, construir, cambiar y destruir. Tomarlo con calma.
Cuando dos personas de estas dos naturalezas se juntan pueden suceder dos cosas: o una se adapta al ritmo del otro o simplemente surge una explosión.
Una amiga mía se quiso adaptar al ritmo acelerado de su novio con quien casi se casó. Terminó absorvida, sin vida, totalmente des-ubicada. Trató de tranquilizarlo, de adaptarlo a su ritmo, tampoco resultó.
No es suficiente tener un recuerdo del pasado y creer que existe un clic porque se es de la misma tierra y se estuvo alguna vez en el mismo espacio y tiempo juntos.
Cada uno tiene que hallar su ritmo y complemento. Tiene que haber un clic también en lo mental y en lo espiritual. Es como comparar las frecuencias de una radio. Unos estamos en FM estereo, otros en AM. Unos en 105.5 y otros en 88.3.
4 comentarios:
Espero no estés en otra frecuencia. Estos textos tuyos son deliciosos. Me gusta esta etapa de tu literatura: reflexiva y sutil.
Y tú.
Según Santo Tomás de Aquino, que fue uno de los sabios que hablaron sobre alquimia, hay un punto donde se encuentra el agua con el fuego... qué dices querida susana?? También te extraño, pero soy el fuego
yo soy el viento... te extranyo mucho chicho... el viento atiza el fuego... jejeje
Publicar un comentario