lunes, octubre 13, 2014

Rumiar pensamientos



Aquí volvemos con el diario después de algunos días en la nada. La nada, nada. Viajé al norte a visitar a mi madre, luego llegó mi hermano. Me costó muchísimo concentrarme en los entretantos, encontrar la paz para escribir sin parar, revisar la novela y además pensar en cómo mantener mi motivación sostenida por un instante. Hago lo mejor y lo posible. Doy todo de mí, aunque –con esa naturaleza crítica que tengo- sé que puedo dar más.

Hoy me levanté directo al ático de mi casa a corregir. Se me ocurrió seguir una dieta de verduras y sopas. No para bajar de peso, pero por pura limpieza del organismo. En fin. No hace nada mal. Dentro de esa a-litariedad me metí en lo literario y trabajé sin descanso en la corrección de mis textos.

No puedo evitar pensar y pensar, recordar y recordar. El silencio, la soledad que me da vivir en este lugar a veces me corrompe y me hace verme demasiado adentro. Mala justiciera, fanática y banal.

Escribir. Me cuenta mucho creer en lo que hago. Regresé del Perú con todas la creencia puesta y después de unos días entro en una rutina que me hace rumiar pensamientos, como diría Camus, olvidarme de mi foco. Mi meta.


Aún lo que es peor, no es olvidarla, la meta, sino más bien dejar de creer en ella. Es mi naturaleza. Hay que mantener el estado de ánimo y darle al teclado. Y tocar puertas cuando el texto esté listo. Los pendientes no me dejan avanzar.


lunes, octubre 06, 2014

Aquí y allá




Estar en un lugar y no querer estar allí es un sentimiento descentrado; cuando una persona pisa una tierra y quiere estar en otra ¿qué siente? ¿añoranza o aburrimiento?
Les pasa a los inmigrantes que aunque voluntariamente están aquí, emocionalmente están al otro lado, a los refugiados que tuvieron que escapar de su patria y hacerse en otro país porque tiene futuro; a los mendigos que preferirían verse en la limousine que suelen ver todos los días pasar por la avenida, a los tiranos que prefierían estar jugando a la ruleta rusa.
Hay muchos personajes en este mundo que no quieren estar aquí sino allá. Las mujeres que miran las telenovelas en sus casas; los encorbatados que van todos los días al trabajo a sentarse detrás de una computadora; los hombres viejos que echan de menos tiempos pasados; a los que se mueren de aburrimiento por la vida que tienen. "Ay qué aburrimiento"
La vida es aburrimiento para muchos. Lo veo a diario. Una rutina que el común de los mortales o está acostumbrado a vivirla siempre igual, en 'sana' monotonía, o que le desespera hasta la médula espinal: no está en su sangre vivir sentado como un maestro zen en un sólo lugar, le gustaría en sueños vivir aventuras a lo Marco Polo o a lo Alexander von Humboldt, andar caminos por remotos desiertos, vivir experiencias como los corsarios.
Es contradictoria esta idea del no-querer-estar.
Hablo del espacio, del lugar, de lo geográfico; no del tiempo, de los cronómetros o los relojes. Del espacio como físico, de aquello que en los Andes llamamos la Pachamama o que en África, ardhi o en Europa, mi país; sí, todo depende de cómo lo mires y de cómo lo tomes.
Estar aquí y no allá tiene sus conjeturas. A veces me siento en mi computadora a escribir unas líneas y a pesar de que me encanta mi trabajo, no quiero estar aquí, pues preferiría estar allá a cinco mil metros de altura sufriendo en la bicicleta, o tomándome un helado en El Sahara. Sin embargo, amo escribir. 
Pero dejémonos de ideas y frases repetitivas. A qué voy con esto, a esa idea de insatisfacción total que suele tener el ser humano, sobre todo en días como estos en los que tenemos todo al alcance de la mano, si uno tiene dinero, claro está, puede hacer lo que se le da la gana, y si no lo tiene, también; con la tarjetita de crédito alcanzamos el sueño de la casa propia, el coche del año, el televisor de "x" pulgadas, la nueva refrigeradora, la nueva lavadora, ni qué decir del ipod y los androids, esclavizantes. Estar aquí hoy en día implca estar en todos lados, excepto aquí, buscando satisfacer deseos temporales que después de seis semanas de uso del nuevo telefonito, ya me aburrí, a comprarme algo nuevo. Prikkelen le llaman en la lengua de mi madre, aquella holandesa que llegó a tierras peruanas en los setenta. Prikkelen que significa pinchar la atención. ¡Lo que hace internet! A no estar satisfechos con nuestras vidas. Decirnos allá en lugar de aquí. Estamos aquí pero soñamos con cruceros transatlánticos, seguimos vidas privadas en facebook, envidiamos las fotos de las vacaciones de nuestro vecino, hasta miramos pornos, juegos, triple xxx, o, lo que es mejor, un chat con el amigo de afuera a veinte mil kilómetros.
Aquí y allá, ese concepto.
Seguimos dándole a la vida, andando como transeúntes, deseando más cosas de las que deseábamos antes. ¿Por qué entonces gente con deficit de atención temporal, por qué entonces niños que miran la televisión y a la vez juegan su nintendo, por qué entonces tanto psiquiatra y psicólogo suelto, casi a domicilio? Nunca tuvimos tanta libertad y sin embargo tendemos a parecernos cada vez más y más entre nosotros. Nos gusta parecernos al vecino.  
Hemos llegado a la civilización del espectáculo, a la barbarie, a la masacre de los sentidos. Qué fácil es hoy en día estar aquí, allá y más allá. Qué difícil es escoger un lugar, incluso un plato en un menú de un restaurante. 
Aquí y allá, no lo sé. Me gustaría estar aquí y allá a la vez, un pie en mi patria otro aquí, difícil elección. Allá está la aventura, un país por descubrirse y hacerse; aquí está lo hecho ¿cómo ponernos de acuerdo? Un amigo me dice que la familia es lo que enraiza. Sí, pero si la familia son los amigos dispersos por todas partes, entonces, ¿qué? Otra persona me dice que es el síndrome de la inmigración. Le respondo que es cierto; sí, me gusta ser una voyeur del resto. Y los más serios me mandan al psicólogo para arreglar mis problemas.
No sé qué es más cabal, aquí o allá, sólo que cuando estoy allá pienso menos en el aquí (y prefiero el ají), aunque sé que allá tenga menos acceso al aquí. La insatisfaccón total, el aburrimiento, la dificultad de estar en un lugar es el síndrome del no-lugar, de los apátridas sin dueños.  


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viernes, octubre 03, 2014

La pasión de San Mateo según René Jacobs



Uno de mis últimos descubrimientos, digo del último año, es la Pasión de San Mateo de Johan Sebastian Bach. ¿Qué quiero decir con eso? Es la Pasión de Cristo en su camino al Calvario relatada por San Mateo en la Biblia. No soy del todo creyente. Hace mucho que dejé aquellas inclinaciones eclesiásticas, sin embargo, tengo un familiar que tocó en la sinfónica del Perú y que es descreído, que admira por sobre todas las cosas esta obra de arte. La interpretación por Rene Jacobs es excepcional, de las mejores. Es sobre la muerte de Jesús, pero también sobre nuestra propia muerte y el cómo llegamos a ella. Ahora, en este preciso momento, estoy escuchándola mientras escribo-describo varias escenas de una vida. 

jueves, octubre 02, 2014

El ordenador, la cafetera y Edgar Allan Poe


"...las víctimas de su tiranía no tenían alternativa 
que la muerte con sus más crueles agonías físicas, 
o la muerte con sus más abominables torturas morales" 


Hoy es un día en el que todo funciona bien. El ordenador, la cafetera, la música de fondo. Me senté por la mañana a escribir y continúo aquí en mi pequeño ático escuchando el murmullo de la noche en la ciudad. 

El texto que estoy escribiendo me ha llevado a navegar por la memoria de internet y sin querer me llevó a buscar a Edgar Allan Poe. El pozo y el péndulo. Lo leí de una sentada. Me lo habían enviado a leer en el colegio y en aquel tiempo ese autor no me interesaba nada, era una adolescente que se quedaba horas leyendo a los del boom y no le paraba bola ni a Poe ni a Maupassant ni a Chejov. 

Hoy volví  a redescubrirlo. Un prisionero de la Inquisición que es condenado a muerte vive la angustia de su muerte, un vaivén de sensaciones que es perfectamente descrita con el movimiento constante del péndulo y la profundidad del pozo. Extraordinaria metáfora que me ha dejado pegada a la pantalla, buscando definiciones, sinónimos, alternativas, la magia del internet. 

También he logrado hoy volver a meterme en mi novela, aquellos personajes de doble moral, la ancianita que se debate frente al cucú y el tipo que le enseña un revólver a un chiquillo de trece años que no es su hijo. Escenas de una vida no tan cotidiana.

Y en las noticias encontré una nada alentadora para el Perú. Diego García Sayán, representante de Perú ante la OEA, renunció a ser candidato para presidente de la Organización de Estados Americanos. Según los medios, no obtuvo el apoyo de la Cancillería peruana, que de haberlo aprobado, hubiera causado estragos en el Ejecutivo. ¿Intereses políticos? 

Aquí les dejo un apunte de Poe de "El pozo y el péndulo": 


PiErDo PAísEs

Borro fronteras - Viajo para conocer mi geografía