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viernes, octubre 20, 2023

Rushdie en la Feria del Libro de Francfort

 

Aquí siguiendo la Feria de Libro de Fráncfort, me parece extraordinario leer el artículo referido a la rueda de prensa en dicha feria, en la que participa Salman Rushdie, que el año pasado sufrió un ataque criminal. Me atrae leer su nuevo libro, "Knife" en el que toca sin duda el tema del atentado que sufriera en un auditorio neoyorkino.
Hoy en día es difícil dar una opinión abierta sin sentirse expuesto a ser juzgado. Aquí algunas ideas que rescato y con las que me identifico.
“Hay dos amenazas graves: el fascismo religioso y el deterioro interno de muchas democracias. Hay que luchar contra las dos”, dijo.
Con respecto al papel que puede tener la literatura en esa lucha, hizo una advertencia en el peligro de caer en una literatura excesivamente doctrinal o panfletaria. “Una de las grandes ventajas de la literatura es no tener utilidad inmediata. Si tiene alguna es porque genera belleza y porque invita a pensar. Pero no me interesan los libros que me dicen lo que tengo que pensar, sino aquellos que me hacen pensar”.

Escribir libros es una forma de optimismo, es dedicarle años de tu vida a escribir textos que esperas que alguien lea”, dijo. Interrogado acerca de si no temía que los escritores jóvenes no encontraran editores y no se atrevieran a tocar determinados temas por diversas presiones (...) creo que deben escribir sobre todos, sin restricciones. La única condición es hacerlo bien”, dijo.


https://elpais.com/cultura/2023-10-20/salman-rushdie-me-horrorizan-los-atentados-de-hamas-y-me-horroriza-la-reaccion-de-netanyahu.html



martes, enero 31, 2023

Me dueles Perú

Cada vez que llego a Perú, sobre todo los últimos años, me albergan una multitud de emociones. Emociones variopintas. Algunas de ellas son explosiones de alegría por los reencuentros amicales, copas de pisco sour, cebiche de pescado, andanzas por las calles del centro del distrito de Pueblo Libre. Otras, también, de infinita paz, contemplando las olas romper en las playas de Islay, compartiendo infinitos almuerzos con la familia. 



Sin embargo, esta vez, ha sido la desazón la que me ha invadido desde el momento en que pisé suelo patrio. Días atrás, antes de la Navidad, habían empezado los paros a nivel nacional a raíz del autogolpe perpetrado por Pedro Castillo y el contraataque del Congreso de la República, al vacarlo de su puesto, y colocar en su lugar, tal como correspondía, a la vicepresidenta, Dina Boluarte.    

Un país tiene un rostro o miles de ellos. Y el Perú es un país con un rostro partido en mil pedazos. que tira de un lado para el otro para intentar cobrar justicia. La Justicia nunca se da del todo. La justicia es para aquel que tiene mayor poder económico. Es por ende, a medias. Justos pagan por pecadores. con palabras tan fuertes como terroristas o fascistas de la peor calaña. 

En este viaje he escuchado de todo, pues es fácil calumniar en el Perú. "Que vengan los francotiradores a ametrallar a todos los manifestantes", era una de esas. Otra: "Dina, asesina" porque envía a la policía a matar a inocentes. "Los terrucos están infiltrados", algo que no deja de ser lo típico. "Estamos en una dictadura fascista", los más publicados en las redes sociales.

Estos comentarios son propios tanto de izquierdas como de derechas, de la más extrema envergadura. No olviden que al final los extremismos se parecen; tienen el mismo objetivo: erradicar de un manazo aquello que no conviene. Por eso vemos las opiniones extenderse sin filtro en un medio como Twitter, el peor cáncer del periodismo.  

Es triste viajar así, ver a los taxistas que viven del día a día sumidos en un paro obligatorio, sin poder salir de sus casas allá en las afueras de la ciudad, debido a las vías bloqueadas por pedrones que arrastraban los manifestantes con una grúa desde los cerros. Es triste ver a la ciudadana de a pie que vende su comida en la esquina intentar defenderse con unos pocos centavos, y tener que irse a casa con lo mismo que gastó para su movilidad. Es lamentable contemplar vacíos a los restaurantes que han invertido en mejorar su menú al más exigente comensal. O también a todos aquellos que dependen del turismo, ver sus viajes cancelarse unos tras otros. 


No sé a dónde lleguemos con nuestro país. Tampoco sé qué bando tiene la razón. Este es como si fuera un enfrentamiento entre el gobierno y el pueblo más profundo del Perú. Sin embargo, me cuesta creer que el pueblo más profundo del Perú sea capaz de invadir aeropuertos, quemar ambulancias o carros policías, invadir agroexportadoras, ingresar a destruir la infraestructura de las minas, levantarse los rieles del tren a Machu Picchu

¿Hay acaso gente infiltrada que está utilizando a gente inocente para boicotear al país?

Hay quienes dicen que es gente del gobierno o de las fuerzas del orden. Sin embargo, no olvidemos nuestro pasado más oscuro en los años ochenta ni tampoco el poder del narcotráfico y de la minería ilegal. Es fácil señalar con el dedo algún culpable, es difícil aceptar que los poderes que están convergiendo y dañando la democracia en el Peru proviene de ese rostro quebrado en mil pedazos dispares compuesto de víctimas y verdugos.

*

La falta de credibilidad en el gobierno peruano ha provocado una falta de respeto por las autoridades de parte del ciudadano común. Las instituciones más importantes del país han caído en la más pura deslegitimización. Los casos de corrupción en el parlamento y en el ejecutivo dejan mucho que desear. Delincuentes disfrazados de políticos se protegen bajo la inmunidad parlamentaria porque saben que si salen de allí, de ese curul que les ha dado el pueblo, irán directo a la cárcel. No les conviene un adelanto de elecciones, ni modificar leyes a favor de la democracia. Se han acostumbrado en los últimos años en ejercer un papel moral, en un ente que destituye presidentes elegidos por el pueblo.

¿Cómo es posible que el Perú tenga a todos sus ex-presidentes procesados? A ver nómbrenme alguno que no lo esté. ¿Francisco Sagasti?  



Lo triste es que todo lo avanzado, aquella modernidad lograda, que le hubiese encantado ver a mi padre, está ahora en retroceso o en parálisis. El peruano que se ganaba sus frijoles haciendo empresa o comercializando productos, está viendo su economía paralizada, a pesar de que digan que es la mejor economía de la región, a nivel macroeconómico, quizá. 

Nunca había visto mis calles tan vacías en Perú, las mismas bocinas no desataban sus polémicos sonidos. El Perú era un país de rostros tristes. Era. Y lo sigue siendo. 

miércoles, noviembre 04, 2020

Bibliotecas vacías y las medidas ilógicas del gobierno holandés


Aquí, desconcertada por la decisión del gobierno holandés de cerrar las actividades culturales para todo tipo de público. El aumento de contagios del Covid-19, de unos diez mil a doce mil infectados por día, el Primer Ministro Mark Rutte y el gobierno impuso una regla más para este semi-confinamiento. Un golpe sin duda para la cultura en unos tiempos en los que más la necesitamos. Los teatros, los conciertos, los cines, las bibliotecas cerrarán a partir del 5 de noviembre durante dos semanas, cuando por otro lado los gimnasios y las tiendas siguen abiertos. 

Esta disyuntiva que vivimos a raíz de este mal bicho que ha cerrado las fronteras va muy en contra del mensaje de paz que John Lennon -el ex beatle- cantaba en Imagine. Lo peor es que los gobiernos de la Unión Europea no están haciendo nada para hacer algo en común; cada país tira por su propio lado en materia de salud pública, mientras la población vive en histeria permanente, sumado a los eventos políticos que amenazan al planeta de entrar en un caos de valores y principios que tanto hemos luchado cuando se declararon los derechos humanos universales. 

Las medidas del gobierno holandés son una evidencia de que aquí merma la cultura. Cuesta entender que cierren bibliotecas, sobre todo, más allá de los conciertos que ya habían adaptado sus salas a un público de treinta personas. Los usuarios de estas son aquellos que acudían a ellas para hacer consultas bibliográficas, prestarse y devolver libros. No se reunían ni hacían tertulias como para originar algún contagio. ¡No hay evidencia!  Ante esto, las tiendas si son una amenaza más visible. El Outlet Center de Roermond continúa siendo visitado por centenares de personas que hacen cola delante de las tiendas de Adidas, Nike o Levis, entre otras. La lógica del gobierno no entra en mi cabeza. 

Además, miren el Concert gebouw en Ámsterdam, la sala de concierto de música clásica del país, con cabida para más de trescientas personas en su sala principal. Ya sobrevivía con treinta espectadores, los demás online. Ahora tener que adaptarse al formato online y a tener que vivir con el medio de la cancelación rápida y la devolución del dinero es nefasto para ellos. ¿Hasta cuándo tendrá que aguantar de esta manera un sector que de por sí recibe pocos subsidios del Estado?  

Estas medidas en las que un estornudo o la tos seca se han transformado en un arma biológica estamos mermando la libertad, la democracia y nuestra capacidad de crítica. Los Países Bajos ya han recortado con los años muchísimos subsidios para el área de cultura. Sus universidades apenas tienen dos o tres plazas para la investigación literaria o musical. Las escuelas han eliminado varios cursos de Historia y Literatura de sus syllabus

Esperemos que en dos semanas -tiempo en el que deben permanecer cerradas- consigamos bajar más los números de infectados. Nunca antes habíamos vivido en este estado borderline que está afectando nuestra mirada sobre el mundo y nuestra manera de vivir dominado por las redes sociales y este virus que ha puesto de cabeza el planeta. 


@SusanaMontesinos

Noviembre, 2020

viernes, abril 10, 2020

Mi pedazo de territorio

Miro un mapa de América del Sur, un mapa de 1992 colgado en la pared de mi estudio, de National Geographic, que alguna vez recibiera mi padre de alguna suscripción, y pienso que el mundo geográficamente no ha cambiado mucho desde entonces. Los países latinoamericanos siguen allí con los mismos nombres y las mismas capitales. Chile sigue siento Chile; Argentina continúa siendo soberana (la asumo femenina) del mismo territorio; Perú con su costa, sierra y selva. Los topónimos se mantienen inamovibles. También los ríos, los volcanes, los nevados, el Pacífico y el Atlántico, pero sabemos, o sé, que este mapa que aún sigue vigente geográficamente no es el mismo en el microespacio en el 2020; las ciudades han crecido, las vías han dejado la trocha por el asfalto; el comercio entre países se ha hiperdesarrollado (¿existe esa palabra?); el ciudadano viaja hoy en día con un sólo clic a cualquier parte, algo impensable hace treinta años cuando salió publicado este mapa. Observo ahora la toponimia de lugares remotos: Tapi Aike, Macusani, Poopó, pero me desvío y mis ojos se clavan sobre el Pacífico y me pregunto el significado de unos números (4754) dibujados en el área azul del mapa, y unas flechas que suben desde la Antártica. Las flechas -indica el mapa- son el Peru Current (o más conocido como Corriente de Humboldt), y los números -supongo- reflejan la profundidad de la base del océano. Me cuesta abarcar en mi mente la dimensión de la profundidad de ese océano en el que solía nadar de pequeña con amigos en la playa. Me metía huachacas (clavados) entre los tumbos (olas). Veo la medición una y otra vez: 4754. No hay ninguna "m" de metros o alguna leyenda. Sin embargo, sin agua la cuenca del Pacífico sería un gran cañón, más profundo que todos aquellos que conocemos fuera del mar. Superaría al Colca, a Monte Perdido y al Gran Cañón. ¿Imaginan la Tierra sin agua? Sería un ser arrugado e irreconocible como un folio A4 convertido en una bola en la mano. Concluyo que si el virus Covid-19 por el que estamos tan preocupados, llegara a cambiar el microespacio,  y que está amenazando el sistema de salud y económico mundial, pues no lo haría con nuestra geografía, porque creo que mientras no caiga un meteorito, la Tierra seguirá orbitando alrededor del sol.

Roermond, 2020


domingo, septiembre 18, 2016

GFP y la Iglesia de San Sebastián: ¿En dónde estamos?


Me sorprende esta última semana cómo algunos periodistas peruanos -que yo suelo seguir por varios medios y que siempre han merecido mi respeto- se hayan 'encantado' por una noticia de "acoso sexual". Admiro que todos ellos se hayan unido para defender a su compañero Gustavo Faverón Patriau, a quien solía seguir en facebook. Sin embargo, no tolero que estos periodistas se dediquen solamente a hablar de ello por los medios, y a hacer un análisis de varios párrafos de por qué GFP fue denunciado por "acoso sexual", además, de su repentina salida de facebook, medio en el que publicaba regularmente sus agrias opiniones. A mí me importa poco la vida íntima y sexual del señor Faverón. ¿Acaso no hay hechos en el Perú que sean más importantes que hablar sobre él?

No tengo nada en contra de GFP. Siempre lo sigo por facebook, leo sus columnas. Me parece una de las personas más lúcidas de mi generación, sus opiniones y críticas respecto a la política de mi país son acertadas el 80% de las veces. Sin embargo, aquel hecho: "el acoso sexual", que claro, se usa como comidilla en los medios de información, vende, pues, vende, o hace a los amigos periodistas más cómplices; se ha convertido en la aburrida 'crónica' del facebook, de la prensa escrita, y no sé si la TV. Lo que me molesta de esto es que se olvide lo verdaderamente importante. Y que aquellos periodistas que consideraba de alguna manera mis 'informantes' sobre lo que pasa en el Perú, parecen ahora (sin ofenderlos a ellos) un grupo de chismosos de la prensa amarilla.

No quiero caer como moralista, sólo que ayer llegó a los medios -incluídos los holandeses, país en el que vivo- la noticia del incendio de la Iglesia de San Sebastián en el Cusco. El 80% del patrimonio de esa iglesia, incluidos retratos de la Escuela Cusqueña, están hechos cenizas. Era una de las iglesias más emblemáticas del barroco. Era además Patrimonio Cultural de la Nación desde 1972. Una de esas iglesias que nadie debía perderse en visitarla a su paso por la capital de los Incas.

Es lamentable. Es triste. Es chocante.
Y casi nadie lo comenta, pero sí el acoso sexual del señor Faverón.

Aquí vemos cómo se tergiversa la realidad: lo más importante es borrado del mapa por lo que vende, atrae la curiosidad y hasta el espíritu sadomasoquista de la gente. Aquello que vende opaca el arte, la historia, la arqueología, la literatura, la cultura de las ideas y los valores. Estamos en crisis, sí. En una crisis fatal, queremos mantenernos distraídos por los medios, ser entretenidos por cualquier cosa con tal de que se nos pase el tiempo, y al parecer todos caen en el juego de este espectáculo.

Susana Montesinos (2016)

lunes, diciembre 22, 2014

Amor y literatura - Lila Azam Zanganeh

Uno de mis descubrimientos este año es Lila Azam Zanganeh. Una mujer joven iraní que vivió en Francia, en Londres, y ahora en Nueva York. Es la nueva voz de las letras estadounidenses, quizás la nueva voz de las letras mundiales. Habla más de cinco idiomas, entre ellos el español, y escribe tanto en inglés como en francés. 

Tuve la oportunidad de compartir con ella un encuentro de jóvenes en el Nexus Instituut en Holanda, antes de su conferencia "Amor y literatura". El Nexus Instituut es una de las pocas instituciones en este país de tulipanes que se dedica a promocionar la cultura con letras grandes desde todas sus disciplinas. Tiene invitados de la talla del escritor y crítico literario George Steiner; del violinista Joshua Bell, heredero del Stradivarius de 1703, que le perteneció al violinista Huberman y, entre ellos, la iraní, Lila Azam Zanganeh.

Lila Azam Zanganeh (LAZ) es una apasionada por Vladimir Nabokov, el escritor de origen ruso, famoso por su novela Lolita. Ha escrito un libro llamado The Enchanter: Nabokov and Hapiness. Nunca he visto a nadie con una pasión tan ardiente por la literatura ni por Nabokov. La conferencia a la que tuve oportunidad de ir se titulaba "Amor y Literatura". El título de su conferencia era tan general que podía caer en la atracción pero también en la banalidad. Me inscribí por el simple hecho de asistir, pues no conocía a LAZ. El año anterior había visitado el Nexus Instituut para ver a Mario Vargas Llosa, el Premio Nóbel de Literatura 2010. Dio una conferencia titulada “The Future of Humanism”, la traducción al inglés de su libro ensayístico "La civilización del espectáculo". Lamentablemente, la conferencia de MVLL no gustó a la mayoría de la gente. Muchos de los jóvenes asistentes dijeron que su visión pesimista del futuro de las artes no tenía lógica. “He is too old”, indicaron.

La conferencia de LAZ, fue todo lo contrario. La iraní tiene un carisma que llevó al auditorio a sentir sus palpitaciones, amores, íntimidades, como si fuese una vieja amiga que le viene a hablar a uno como le gusta a uno. Elevó al público al nivel de la pasión. No utilizó ni papeles ni frases hechas. Citó a autores de la talla de Leon Tolstoi, Marguerite Yourcenar, con un conocimiento impresionante, como si los hubiese leído la noche anterior. Además, su estilo informal de llevar la conferencia, a la que se le llamaría de postmodernista, contraria a la solemnidad de la conferencia de Vargas Llosa en la que el público estaba prohibido de hacer preguntas, le dio una simpatía y acercamiento como ninguno.

Creo que hoy en día hace falta aquello que llamaría “el acercamiento del artista con su público”. Creo que la informalidad de LAZ permitió al auditorio sentirse partícipe del proceso de creación, a aquello que llamamos cultura como arte, término de por sí difícil de delimitar. Hace falta ese tipo de iniciativas en el mundo de hoy, en el que se acostumbra a ver al creador como un ‘dios’ intelectual, intocable, impalpable, inasequible, difícil de acceder. Hace falta acercar el receptor al creador, no sólo al mensaje. Creo que esa sería una de las principales tareas de quienes se dedican al arte de escribir, pintar, moldear, fotografiar. Hacer que el público se involucre con sus ideas, que se sienta un creador dentro de la misma obra de arte

Su  conferencia versó sobre cómo la literatura es el primer amor del ser humano. Nosotros somos narradores de historias por naturaleza, a pesar de vivir en la era audiovisual en la que se especula la desaparición de los libros y los periódicos en papel. Nunca jamás, por más de que ciertos conocidos míos digan que “la gente no lee”, desaparecerá nuestra capacidad narrativa, aún menos la creatividad. Siempre querremos contar historias del día a día, nuestro vademecum, nuestros viajes, las anécdotas del día a día, las historias de familias, los desgraciados, los chismes de la ciudad, aquellos relatos que le dan vida a la vida misma, y que la hace más interesante y rica, además. Sin aquellos relatos, la vida no tendría sentido, entraría en el absoluto aburrimiento. No tendríamos ni sal ni pimienta. Ningún sentido.

Ver a Azam, además de lo asequible que es, ha sido lo mejor de este 2014. Leyó párrafos de First Love de Turgeniev. E hizo hincapié: La belleza del lenguaje es capaz de hechizarnos. Un extraordinario encuentro que me dio luces, y sobre todo esperanza. La esperanza de que el mundo tiene posibilidades gracias a la literatura. La literatura como objetivo, fin, cariño, amor, pasión, para olvidar las guerras y llevar a un mundo más llevadero en estos tiempos del internet, facebook, envidias, peleas, agendas recargadas, sin tiempo. 

La filósofa alemana Ariadne von Schirach, otra invitada del Nexus Intituut, dijo: "Books are agents of empathy. Books are perpetuators of human nature". Es cierto, suena idealista. LAZ supo cómo ganarme y convencerme de que hay esperanza en el mundo que me rodea, y que el cambio (o la continuidad) está en cada uno de nosotros. Nosotros somos los agentes para que la cultura o la literatura no desaparezca. Para que ni Dostoievsky, ni Camus, ni Flaubert queden en el olvido. Sólo nos queda creer y transmitirla de generación en generación. 

Aquí les dejo una entrevista realizada a la autora por la Revista de Letras. 
http://revistadeletras.net/lila-azam-zanganeh-escribir-el-encantador-ha-sido-como-bailar-un-tango-con-nabokov/

jueves, febrero 09, 2012

Un libro para viajar a través del tiempo



Mi experiencia dicta que hay libros tan ricos que uno no quiere terminar de leer. Su estilo tiene el poder de acariciar el espíritu. Esa es mi experiencia con “Viajes con Heródoto”, de Ryszard Kapuscinski, el periodista-escritor polaco, que he vuelto a empezar a leer, por segunda vez, durante un viaje por el África Occidental. Un libro que tiene dosis de literatura, periodismo, historia, viaje, estudio antopológico, experiencias personales, todo en su conjunto, de aquellos que alguna vez me gustaría llegar a escribir.

Este libro de Kapuscinski es una lección de periodismo en todas sus facetas porque describe la labor del reportero desde el punto de vista del griego Heródoto, el primer reportero de la historia, que en el siglo VI antes de Cristo, se dedicó a viajar por el Asia Menor y el Norte de África recopilando las tradiciones orales de la gente. Heródoto reflexionaba con suma profundidad –diría genialidad- los acontecimientos de su época, de la misma forma como lo describen los manuales de periodismo actual.

Lo impresionante de este relato son las reflexiones de Kapuscinski respecto a la labor de Heródoto: la importancia que le dio a describir de una forma objetiva a los hechos, sin dar opiniones, acercándose a las fuentes, hablando y viviendo con ellas, poniendo en discusión temas tan delicados como el origen de la religión griega, que de acuerdo a él o mejor dicho a sus investigaciones, el origen se remonta a Egipto, documentando hechos de la historia antigua que yo antes desconocía, como el enfrentamiento entre Dario y los Escitas, y otros hechos como su viaje en busca del origen del Nilo para comprobar si lo que decían sus fuentes era cierto. 

Heródoto es el primero en clamar que todas las culturas deben ser aceptadas y comprendidas, y viaja con las dificultades de la época por un mundo -para nosotros pequeño- con muchas historias que contar.

Aquí un fragmento para que tengan idea de cómo estaba conformado el mundo en aquel entonces:


“...a medida que emprende nuevos viajes (Heródoto) el mundo crece ante sus ojos, se multiplica, se agiganta. Resulta que más allá de Egipto aún está Libia, y tras ella, la tierra de los etíopes, o sea, África; que en el este, después de atravesar la gran Persia (para lo cual se necesitan más de tres meses de marchas forzadas), está la altiva e inasequible Babilonia, y luego la patria de los Indios qe vete a saber dónde termina, que por el oeste el mar Mediterráneo llega lejos, a Abila y las Columnas de Hércules, y luego, como suele decirse, aún hay otro mar, y que en el norte también hay mares y estepas, y bosques habitados por incontables pueblos escitas”.

Al terminar de leer el libro, me quedo con la idea de que a pesar de las enseñanzas de la historia de la humanidad, seguimos siendo iguales que antaño, y que no hay mucha diferencia entre el mundo de Heródoto y el actual. La región de la antigua Persia y el norte del África sigue siendo territorio en conflictos. Todavía tenemos problemas por aceptar a gente de otras culturas. 

La fascinación que encuentro en este libro me acercan a Heródoto y a un Kapuscinski aprendiz de reportero. Un viaje a través del tiempo de la historia de la humanidad.

lunes, diciembre 14, 2009

Kuélap en la bruma de la historia


Todavía recuerdo la última vez que fui a Kuélap, unos restos arqueológicos en la ceja de selva peruana, pertenecientes a un grupo étnico pre-inca llamado la cultura Chachapoyas.

De la cultura Chachapoyas sé lamentablemente poco. La única información proviene de mis viajes por aquella región, dos veces en total, y de las pocas lecturas sobre su historia en los artículos escritos por Taylor, un académico francés que estudió la situación lingüística de la región, y de la posible lengua chachapoyana.

Kuélap es una fortaleza clavada en la cima de una montaña (ver foto). Fue descubierta antes que Machu Picchu y es visitada diariamente por turistas nacionales y extranjeros. En 1843 fue la primera vez en ser visitada.

Hoy, leo con cierto estupor una noticia en Living Peru, promocionado por facebook, link al que me adjunté hace algunos meses. La noticia anuncia un documental realizado por la Nathional Geographic acerca de Kuélap. Me parece una excelente iniciativa la de publicar un documental sobre el resto arqueológico chachapoyano, pero cuando me imagino lo que pudo haber involucrado la filmación de ése vídeo, me decepciono. Las imágenes de mi segundo y último paseo por Kuélap aparecen en mi mente, y con tristeza.

La segunda vez que viajé a Chachapoyas fue en el 2006; llegué con la ilusión de volver a ver ese monumento histórico que tanto me cautivó la primera vez. Hay una verdad. Volver a los lugares que uno visitó alguna vez puede traer dos tipos de reacciones, o de felicidad o de decepción.

Esta vez fue la decepción.

Cuando llegué a Kuélap vi lo mucho que había cambiado. Ya no era la fortaleza imponente de antes, con sus fuertes murallas venciendo el tiempo y esa cautivante soledad que inspiran los monumentos antiguos. Nada de eso. Un grupo de arqueólogos de una universidad trujillana estaban "refaccionando" el resto arqueológico. Y fue impresionante volver a verlo: Las piedras en los muros ya no estaban las-unas-pegadas-a-las-otras: los arqueólogos las habían desarmado como si se tratase de un rompecabezas (esa es labor arqueológica, sin criticar), pero reconstruyeron los muros utilizando cemento, técnica que nunca utilizaron los antepasados chachapoyanos. ¡Cemento entre las piedras de los antiguos chachapoyanos!

Kuélap ya no parecía un resto arqueológico sobreviviendo el tiempo. Al contrario, el monumento arqueológico parecía una fortaleza militar de otra época, un armatoste que había perdido su autenticidad a coste de un proyecto arqueológico dirigido por personas con escaso criterio. Estoy segura que esa misma gente invitó a la Nathional Geographic a filmar un documental. Si los espíritus chachapoyanos vieran, se revolcarían en sus tumbas, sin ninguna duda.

Y termino este artículo recordando una entrevista que le hice alguna vez a Federico Kauffmann Doig, quien afirmó:

"Cuando la Nathional Geographic llegó a filmar un documental sobre las momias de Leymebamba, el INC (Instituto Nacional de Cultura) transportó las momias en unas carretillas agrícolas de un lugar a otro, sin importarles el daño".

No voy a seguir describiendo la forma cómo se mantiene el Patrimonio en el Perú. Sólo doy unos ejemplos de lo que he visto.

PiErDo PAísEs

Borro fronteras - Viajo para conocer mi geografía