viernes, octubre 20, 2023
Rushdie en la Feria del Libro de Francfort
martes, enero 31, 2023
Me dueles Perú
Cada vez que llego a Perú, sobre todo los últimos años, me albergan una multitud de emociones. Emociones variopintas. Algunas de ellas son explosiones de alegría por los reencuentros amicales, copas de pisco sour, cebiche de pescado, andanzas por las calles del centro del distrito de Pueblo Libre. Otras, también, de infinita paz, contemplando las olas romper en las playas de Islay, compartiendo infinitos almuerzos con la familia.
Sin embargo, esta vez, ha sido la desazón la que me ha invadido desde el momento en que pisé suelo patrio. Días atrás, antes de la Navidad, habían empezado los paros a nivel nacional a raíz del autogolpe perpetrado por Pedro Castillo y el contraataque del Congreso de la República, al vacarlo de su puesto, y colocar en su lugar, tal como correspondía, a la vicepresidenta, Dina Boluarte.
Un país tiene un rostro o miles de ellos. Y el Perú es un país con un rostro partido en mil pedazos. que tira de un lado para el otro para intentar cobrar justicia. La Justicia nunca se da del todo. La justicia es para aquel que tiene mayor poder económico. Es por ende, a medias. Justos pagan por pecadores. con palabras tan fuertes como terroristas o fascistas de la peor calaña.
En este viaje he escuchado de todo, pues es fácil calumniar en el Perú. "Que vengan los francotiradores a ametrallar a todos los manifestantes", era una de esas. Otra: "Dina, asesina" porque envía a la policía a matar a inocentes. "Los terrucos están infiltrados", algo que no deja de ser lo típico. "Estamos en una dictadura fascista", los más publicados en las redes sociales.
Estos comentarios son propios tanto de izquierdas como de derechas, de la más extrema envergadura. No olviden que al final los extremismos se parecen; tienen el mismo objetivo: erradicar de un manazo aquello que no conviene. Por eso vemos las opiniones extenderse sin filtro en un medio como Twitter, el peor cáncer del periodismo.
Es triste viajar así, ver a los taxistas que viven del día a día sumidos en un paro obligatorio, sin poder salir de sus casas allá en las afueras de la ciudad, debido a las vías bloqueadas por pedrones que arrastraban los manifestantes con una grúa desde los cerros. Es triste ver a la ciudadana de a pie que vende su comida en la esquina intentar defenderse con unos pocos centavos, y tener que irse a casa con lo mismo que gastó para su movilidad. Es lamentable contemplar vacíos a los restaurantes que han invertido en mejorar su menú al más exigente comensal. O también a todos aquellos que dependen del turismo, ver sus viajes cancelarse unos tras otros.
No sé a dónde lleguemos con nuestro país. Tampoco sé qué bando tiene la razón. Este es como si fuera un enfrentamiento entre el gobierno y el pueblo más profundo del Perú. Sin embargo, me cuesta creer que el pueblo más profundo del Perú sea capaz de invadir aeropuertos, quemar ambulancias o carros policías, invadir agroexportadoras, ingresar a destruir la infraestructura de las minas, levantarse los rieles del tren a Machu Picchu.
¿Hay acaso gente infiltrada que está utilizando a gente inocente para boicotear al país?
Hay quienes dicen que es gente del gobierno o de las fuerzas del orden. Sin embargo, no olvidemos nuestro pasado más oscuro en los años ochenta ni tampoco el poder del narcotráfico y de la minería ilegal. Es fácil señalar con el dedo algún culpable, es difícil aceptar que los poderes que están convergiendo y dañando la democracia en el Peru proviene de ese rostro quebrado en mil pedazos dispares compuesto de víctimas y verdugos.
*
La falta de credibilidad en el gobierno peruano ha provocado una falta de respeto por las autoridades de parte del ciudadano común. Las instituciones más importantes del país han caído en la más pura deslegitimización. Los casos de corrupción en el parlamento y en el ejecutivo dejan mucho que desear. Delincuentes disfrazados de políticos se protegen bajo la inmunidad parlamentaria porque saben que si salen de allí, de ese curul que les ha dado el pueblo, irán directo a la cárcel. No les conviene un adelanto de elecciones, ni modificar leyes a favor de la democracia. Se han acostumbrado en los últimos años en ejercer un papel moral, en un ente que destituye presidentes elegidos por el pueblo.
¿Cómo es posible que el Perú tenga a todos sus ex-presidentes procesados? A ver nómbrenme alguno que no lo esté. ¿Francisco Sagasti?
Lo triste es que todo lo avanzado, aquella modernidad lograda, que le hubiese encantado ver a mi padre, está ahora en retroceso o en parálisis. El peruano que se ganaba sus frijoles haciendo empresa o comercializando productos, está viendo su economía paralizada, a pesar de que digan que es la mejor economía de la región, a nivel macroeconómico, quizá.
Nunca había visto mis calles tan vacías en Perú, las mismas bocinas no desataban sus polémicos sonidos. El Perú era un país de rostros tristes. Era. Y lo sigue siendo.
miércoles, noviembre 04, 2020
Bibliotecas vacías y las medidas ilógicas del gobierno holandés
Esta disyuntiva que vivimos a raíz de este mal bicho que ha cerrado las fronteras va muy en contra del mensaje de paz que John Lennon -el ex beatle- cantaba en Imagine. Lo peor es que los gobiernos de la Unión Europea no están haciendo nada para hacer algo en común; cada país tira por su propio lado en materia de salud pública, mientras la población vive en histeria permanente, sumado a los eventos políticos que amenazan al planeta de entrar en un caos de valores y principios que tanto hemos luchado cuando se declararon los derechos humanos universales.
Las medidas del gobierno holandés son una evidencia de que aquí merma la cultura. Cuesta entender que cierren bibliotecas, sobre todo, más allá de los conciertos que ya habían adaptado sus salas a un público de treinta personas. Los usuarios de estas son aquellos que acudían a ellas para hacer consultas bibliográficas, prestarse y devolver libros. No se reunían ni hacían tertulias como para originar algún contagio. ¡No hay evidencia! Ante esto, las tiendas si son una amenaza más visible. El Outlet Center de Roermond continúa siendo visitado por centenares de personas que hacen cola delante de las tiendas de Adidas, Nike o Levis, entre otras. La lógica del gobierno no entra en mi cabeza.
Además, miren el Concert gebouw en Ámsterdam, la sala de concierto de música clásica del país, con cabida para más de trescientas personas en su sala principal. Ya sobrevivía con treinta espectadores, los demás online. Ahora tener que adaptarse al formato online y a tener que vivir con el medio de la cancelación rápida y la devolución del dinero es nefasto para ellos. ¿Hasta cuándo tendrá que aguantar de esta manera un sector que de por sí recibe pocos subsidios del Estado?
Estas medidas en las que un estornudo o la tos seca se han transformado en un arma biológica estamos mermando la libertad, la democracia y nuestra capacidad de crítica. Los Países Bajos ya han recortado con los años muchísimos subsidios para el área de cultura. Sus universidades apenas tienen dos o tres plazas para la investigación literaria o musical. Las escuelas han eliminado varios cursos de Historia y Literatura de sus syllabus.
Esperemos que en dos semanas -tiempo en el que deben permanecer cerradas- consigamos bajar más los números de infectados. Nunca antes habíamos vivido en este estado borderline que está afectando nuestra mirada sobre el mundo y nuestra manera de vivir dominado por las redes sociales y este virus que ha puesto de cabeza el planeta.
@SusanaMontesinos
Noviembre, 2020
viernes, abril 10, 2020
Mi pedazo de territorio
Roermond, 2020
domingo, septiembre 18, 2016
GFP y la Iglesia de San Sebastián: ¿En dónde estamos?
Me sorprende esta última semana cómo algunos periodistas peruanos -que yo suelo seguir por varios medios y que siempre han merecido mi respeto- se hayan 'encantado' por una noticia de "acoso sexual". Admiro que todos ellos se hayan unido para defender a su compañero Gustavo Faverón Patriau, a quien solía seguir en facebook. Sin embargo, no tolero que estos periodistas se dediquen solamente a hablar de ello por los medios, y a hacer un análisis de varios párrafos de por qué GFP fue denunciado por "acoso sexual", además, de su repentina salida de facebook, medio en el que publicaba regularmente sus agrias opiniones. A mí me importa poco la vida íntima y sexual del señor Faverón. ¿Acaso no hay hechos en el Perú que sean más importantes que hablar sobre él?
No tengo nada en contra de GFP. Siempre lo sigo por facebook, leo sus columnas. Me parece una de las personas más lúcidas de mi generación, sus opiniones y críticas respecto a la política de mi país son acertadas el 80% de las veces. Sin embargo, aquel hecho: "el acoso sexual", que claro, se usa como comidilla en los medios de información, vende, pues, vende, o hace a los amigos periodistas más cómplices; se ha convertido en la aburrida 'crónica' del facebook, de la prensa escrita, y no sé si la TV. Lo que me molesta de esto es que se olvide lo verdaderamente importante. Y que aquellos periodistas que consideraba de alguna manera mis 'informantes' sobre lo que pasa en el Perú, parecen ahora (sin ofenderlos a ellos) un grupo de chismosos de la prensa amarilla.
No quiero caer como moralista, sólo que ayer llegó a los medios -incluídos los holandeses, país en el que vivo- la noticia del incendio de la Iglesia de San Sebastián en el Cusco. El 80% del patrimonio de esa iglesia, incluidos retratos de la Escuela Cusqueña, están hechos cenizas. Era una de las iglesias más emblemáticas del barroco. Era además Patrimonio Cultural de la Nación desde 1972. Una de esas iglesias que nadie debía perderse en visitarla a su paso por la capital de los Incas.
Es lamentable. Es triste. Es chocante.
Y casi nadie lo comenta, pero sí el acoso sexual del señor Faverón.
Aquí vemos cómo se tergiversa la realidad: lo más importante es borrado del mapa por lo que vende, atrae la curiosidad y hasta el espíritu sadomasoquista de la gente. Aquello que vende opaca el arte, la historia, la arqueología, la literatura, la cultura de las ideas y los valores. Estamos en crisis, sí. En una crisis fatal, queremos mantenernos distraídos por los medios, ser entretenidos por cualquier cosa con tal de que se nos pase el tiempo, y al parecer todos caen en el juego de este espectáculo.
Susana Montesinos (2016)
lunes, diciembre 22, 2014
Amor y literatura - Lila Azam Zanganeh
jueves, febrero 09, 2012
Un libro para viajar a través del tiempo
lunes, diciembre 14, 2009
Kuélap en la bruma de la historia

De la cultura Chachapoyas sé lamentablemente poco. La única información proviene de mis viajes por aquella región, dos veces en total, y de las pocas lecturas sobre su historia en los artículos escritos por Taylor, un académico francés que estudió la situación lingüística de la región, y de la posible lengua chachapoyana.
Kuélap es una fortaleza clavada en la cima de una montaña (ver foto). Fue descubierta antes que Machu Picchu y es visitada diariamente por turistas nacionales y extranjeros. En 1843 fue la primera vez en ser visitada.
Hoy, leo con cierto estupor una noticia en Living Peru, promocionado por facebook, link al que me adjunté hace algunos meses. La noticia anuncia un documental realizado por la Nathional Geographic acerca de Kuélap. Me parece una excelente iniciativa la de publicar un documental sobre el resto arqueológico chachapoyano, pero cuando me imagino lo que pudo haber involucrado la filmación de ése vídeo, me decepciono. Las imágenes de mi segundo y último paseo por Kuélap aparecen en mi mente, y con tristeza.
La segunda vez que viajé a Chachapoyas fue en el 2006; llegué con la ilusión de volver a ver ese monumento histórico que tanto me cautivó la primera vez. Hay una verdad. Volver a los lugares que uno visitó alguna vez puede traer dos tipos de reacciones, o de felicidad o de decepción.
Esta vez fue la decepción.
Cuando llegué a Kuélap vi lo mucho que había cambiado. Ya no era la fortaleza imponente de antes, con sus fuertes murallas venciendo el tiempo y esa cautivante soledad que inspiran los monumentos antiguos. Nada de eso. Un grupo de arqueólogos de una universidad trujillana estaban "refaccionando" el resto arqueológico. Y fue impresionante volver a verlo: Las piedras en los muros ya no estaban las-unas-pegadas-a-las-otras: los arqueólogos las habían desarmado como si se tratase de un rompecabezas (esa es labor arqueológica, sin criticar), pero reconstruyeron los muros utilizando cemento, técnica que nunca utilizaron los antepasados chachapoyanos. ¡Cemento entre las piedras de los antiguos chachapoyanos!
Y termino este artículo recordando una entrevista que le hice alguna vez a Federico Kauffmann Doig, quien afirmó:
No voy a seguir describiendo la forma cómo se mantiene el Patrimonio en el Perú. Sólo doy unos ejemplos de lo que he visto.