domingo, diciembre 23, 2007

K.


"Si entre muchas verdades eliges una sola
y la persigues ciegamente, ella se convertirá
en falsedad, y tú, en un fanático"

Lapidarium II
Ryszard Kapuscinski

Revisen la página: http://www.elboomeran.com/minisites/kapuscinski/index.html

El Regreso

La verdad es que he perdido un poco la práctica de la escritura y me cuesta escribir con sentido en mi blog. Una de las razones por las cuales estoy así, un poco ida o desentendida es mi repentino regreso al Perú, un regreso que no es definitivo pero que implica toda aquella ilusión de volver a ver los paisajes de la niñez y oler ciertos aromas que aquí evidentemente no son frecuentes.
Desde que llegué a vivir al norte, aqu+i en esta ciudad de canales y callejas de ladrillos rosados, coleccioné la mejor de la música regional, entre andina, criolla, rock y chicha (o no chicha). Uno de los temas que más me gustó y que ahora me llevan a pensar en ese regreso a mi vieja tierra, es esta tema que estoy posteando para ustedes. La canción original es un yaraví (palabra proveniente del quechua QARAWI) pero aquí mis amigos del colegio que ahora tienen una banda de música llamada Dr. Beat la han adaptado a un ritmo con mucho más carácter que el original. Por supuesto, el original de Los Dávalos siempre será el original (bastante tristón, la verdad), pero esta adaptación es para todos aquellos que disfrutamos del rock arequipeño.
Este tema toca "el regreso" de todo aquel hijo de la tierra que se fue en busca de otros horizontes. Pienso que todo arequipeño fuera de Arequipa entenderá la naturaleza de la letra de la canción mucho más que aquellos que nunca se fueron. Yo ya estoy preparada para escucharla a mi regreso y vivir (revivivendo) todas aquellas experiencias de mi pasado. Hay quienes dicen que uno nunca se apartará de lo que ama y entiende. Esto lo puedo entender, por eso es inquebrantable.

jueves, diciembre 20, 2007

Leiden bajo cero


No hay nada mejor en el invierno europeo que una buena nevada. Hoy fue uno de esos días en los que desperté y sin darme cuenta, al salir de mi casa, encontré la calle blanca, la bicicleta blanca, los techos blancos, la ciudad blanquísima. Un inolvidable espectáculo. Pocas veces las ciudades se visten de blanco.

No hay duda que esta blancura le da luz a esta época del año porque uno se siente feliz de sentir que el invierno es un invierno de verdad y no a medias. Que el frío que está haciendo es producto del hielo y no de las intensas lluvias que oscurecen el día.

En Holanda cuando nieva, la gente automáticamente cambia de cara. Yo no sé qué le pasa a la gente en Holanda pero al parecer siempre anda medio renegando de la existencia. Su tema del día: el clima. Y casi siempre en negativo. Hoy el tema del día era la nieve. En el tren algunos decían: "pucha ha nevado, qué fregado" (yo feliz de ver nieve), pero mientras yo montaba a la bicicleta por las calles de Leiden veía a los niños jugar con bolas de nieve, haciendo muñecos de nieve, patinando por las calles, felices ellos de poder jugar fuera de casa a pesar del frío y bromear con los transeúntes, algo inusual en la vida cotidiana holandesa.

La gente aquí vive dentro, no fuera de casa. A las cinco de la tarde, sobre todo en invierno, ya no se ve gente en las calles (y además está oscuro). Oscurece a las 4pm y amanece a las 9am. Aquí uno tiene que ingeniárselas, pues, los médicos pronostican enfermedades depresivas. Hay más suicidios de lo normal. Los trenes no funcionan a la normalidad porque alguien decidió suicidarse en los rieles del tren o porque algún bromista se lo ocurrió cortar algún cable. Aquí hay que buscar la vida, comprar quizás una lámpara que brinde luz solar o refugiarse en los libros. Pues, en el invierno uno tiende a invernar de verdad, como los osos polares. Yo por lo pronto no quiero levantarme de mi cama tan fácilmente.



Leiden no es una ciudad grande. Es antigua. Tiene 300 mil habitantes, un centro históricos y varias 'urbanizaciones'. Me recuerda a Pamplona por su antiguedad de la época feudal. Mi primer año aquí un amigo me explicó que Leiden fue la segunda ciudad más importante de Holanda en el siglo de Oro holandés, es decir en la época en que los españoles invadieron Holanda, con ese afán expansionista que tuvieron desde que conquistaron América. La historia Holandesa también está poblada de españoles y uno de los últimos lugares en donde dieron la última batalla fue en Leiden (mismo Ayacucho). Al ganarla y expulsar a los españoles de tierras holandesas, Guillermo de Oranje regaló una universidad a los Leidsenaren como fruto a su esfuerzo, la famosa Universidad de Leiden.


Leiden es una ciudad de monumentos históricos. Aquí nació Rembrandt y también Vermeer, pintores famosos, y tiene muchas iglesias hermosas, que generalmente están vacías porque son protestantes, ellos no creen en las ostentaciones. Yo vivo en una callejuela que está blanca ahora por la nieve, cerca a un antiguo hospital que hoy es una casa de estudiantes (qué tal cambio) y una iglesia y una canal, parte del río Rin. Mi calle se llama el callejón verde. ¿por qué? No lo sé.




La nieve aquí convierte en un caos la ciudad. Los automóviles patinan y no pueden subir los arqueados puentes que cruzan los canales (o ríos) de Leiden. Los patos ya no nadan en el agua, más bien caminan sobre el hielo. Y las gaviotas (terribles ellas, parecen gallinazos) han emigrado hacia el sur (felizmente) dejando tranquilos a los basureros y a los mercaderes de los sábados que colocan sus tenderetes en el mercado.


Este es el invierno más fuerte que he vivido hasta ahora aquí en Holanda. Nunca antes nevó en esta época del año. La radio dice: "Después de veinte años que tenemos nieve en Navidad". Sí claro, pues aquí casi nunca nieva, siempre está mojado, es decir, llueve llueve y llueve... como es un país bajo, rara vez los copos de nieve llegan intactos al suelo y claro producen charcos de agua. Aquí con este espectáculo blanco puedo pensar en quedarme en casa invernando y meter los pies dentro de mi almohada. Hace mucho frío, mi termómetro marca -4. En cualquier momento voy apagar la luz para despertar mañana a las nueve de la mañana, misma osa polar dentro de su guarida, acomodándose en la mejor posición para poder descansar sin sentir el frío de la ciudad.

viernes, diciembre 07, 2007

Buenas noches ! (o días!)

Creo que ya era hora de actualizar el blog. Desde hacía varias semanas que ni recordaba lo que era escribir un texto en Pierdo Países. Habian tantas historias por contar que simplemente no las contaba. En esta pequeña edición de principios de diciembre tengo dos textos. El primer texto está relacionado a un idioma de los Andes ya extinguido, el Pukina, tema que es hoy parte de mi trabajo. El segundo texto es una historia real aumentada, es decir, ficcionalizada, la historia de un roedor amigo.
Después como pueden ver he puesto nueva portada, la Estacion de Trenes de Ollantaytambo, Cusco, y fotografías que competen mi situación presente.
Espero que disfruten de estos dos pequeños textos. Hasta la vista.

Pukina

Estoy segura que pocas personas han escuchado hablar alguna vez del idioma pukina. Este idioma, hablado en el sur del perú, fue una de las tres Lenguas Genrerales encontradas por los españoles. El pukina se habló en el Altiplano, en los departamentos de Cusco, Puno, Arequipa, Moquegua, Tacna y parte de Bolivia. El idioma se extinguió a mediados del siglo XIX.
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La composición nacional del imperio Inca era plurinacional, político y cultural. Muchas de las comunidades tihuanacos que habían sobrevivido a la desarticulación de TIWANAKU hablaban todavía el Pukina y se ubicaban en las zonas de los Lagos Poopo, Titikaka y el río Desaguadero.

Uno heredero de la cultura Pukina fue la cultura Qallawaya o Mullu.

El Incario fue la fusión entre la dirigencia Pukina y los pueblos que habitaban el Cuzco. Esta simbiosis será el inicio de la unificación Inkaika. En este movimiento de unificación se entremezclaron lo inkaiko, lo pukina, lo aymara, lo quechua, y la identidad de otros pueblos y señoríos con cultura propia. Constituía un Estado que se componía de una multiplicidad de nacionalidades.



Extracto de la única evidencia del idioma pukina, del "Manvalem Pervanvm" de Gerónimo de Oré (1607).

(En Pukina)
-Quiñ toollimpi, raago aya ayay, ynque atago aya ayay?
-Raago aya ayay, Atagonm.
-Quiñ hatanuy Yglefia huananac?
-Fé Dioshua cu hanchano.
-Fe Dioshua cuhans anofo, quiñ hi yegue?
-Viñay (sh)umano.
(en Lengua Romance)
-¿Qué traéis a la Iglefia, infantes o infantas?
-Infantes, y infantas.
-¿Qué piden a la Iglefia de Dios?
-Fe.
-Fe que les dará?
-Vida eterna.
La primera vez que vi el texto de Oré y comprobé la existencia del Pukina, sentí que estaba enfrentándome a un lenguaje secreto, a un misterio sin resolver. El Pukina tiene relación con el lenguaje secreto utilizado por los shamanes callawayas. También hay una clara conexión al Arawakan, de la Amazonía. ¿Será posible que los andinos Pukinas hayan provenido de la Amazonía?

Ratón de biblioteca


Hace algunos días, una de mis compañeras de piso me buscó para decirme que había visto un ratón en uno de los pasillos de la casa, corriendo veloz hacia un hoyo en la pared.

Yo le dije: "pucha ¿un ratón?".

Ella me sonrió y me dijo: "Felizmente no se mete a mi cuarto".

Yo me dije: "No puede ser".

Ese mismo día mientras cocinaba pensé en el comentario de la chica alemana: Ratón. ¿De qué color? ¿gris o marrón? ¿Chiquito y peludo? corriendo por la casa.

Curioso: mi habitación está al lado de la cocina. una puerta amarilla me separa de ella y del ratón, que vive en un pasillo al otro lado de la cocina. Que ni se le ocurra venir aquí al mamífero ése porque soy capaz de... capaz de ahuyentarlo de un manotazo.

Me fui a echar en la banca azul de mi habitación, vaya profesión la que tenemos algunos. Me puse a leer un libro y ya a punto de quedarme dormida, la rica siesta de siempre, pues, vi una nariz asomarse a mi mirada, una sombra gris en mi habitación. ¡El roedor había cruzado mi puerta!, caminado hasta la mitad del cuarto (un poco menos) -con nariz, con cuerpo con todo- asomandose a husmear mis pertenencias. Parecía entrar a su propia vivienda.

Primera vez que veo un ratón asomarse a mi cuarto. Parece acabadito de llegar del trabajo. Nunca me había dado cuenta en los cuatro años que vivo aquí, que los ratones pueden entrar así de fácil a mi vivienda.

Resolví gritarle como si fuese mi propia mascota: "¡Fuera de acá!".

....... ..... .... ..... ... ... ... ... .. .. .. . . . . disparado el ratón de regreso por el mismo camino, por la puerta amarilla que divide mi cuarto de la cocina y el hoyo del corredor... .......... hoyo en donde se mete como puede, disparado y sin que lo vean.

(silencio)

Salgo de mi habitación en busca del descraciao.... me pongo a husmear por los rincones de la casa, pero nada. Decido regresar a mi habitación a velar por su re-aparición en la alfombra de mi habitación...... Ja, me pregunto: ¿Dónde estás ratoncillo? ¿dónde juguetón?

Tapo la conexión de mi cuarto con la cocina con algunas toallas y bolsas de plástico del mercado, pongo mi cámara filmadora, fotos, celular..... por ninguna parte.... reviso mis muebles, mi ropa, mis zapatos.... Nada..... por ninguna parte.... En el hoyo de la pared. No está. Tampoco en alguno de mis muebles. El desgraciado se metió por otra parte. Sin duda el susto del ratón.

Después de dormir una noche en vela (sí pues dormí una noche en vela), salí en busca de veneno para roedor, qué fuerte suena eso; huchas rosadas de ratón que los SECAN infinitamente por dentro. Al regresar de la tienda echo la hucha en el hoyo del ratón, pero al desgraciado no se le ocurre comérsela, no hay manifestación externa del roedor. ¿Dónde ... está?

Ya se había convertido en protagnista del día en la casa. resolví contarle a una de las chicas y me dijo: "mientras no se metan a mi cuarto". Ay, claro, qué comodidad... a mí me joden, caray. Indiferencia total, o sea, mientras no entre a sus cuartos no les interesa , o sea, le permiten al ratón que se suba a sus platos, sartenes, platos con comida que dejan sin lavar, a veces días... sin problema (o roche alguno).

Sin queja alguna (pues ya me llegaban al copete) decido mover los muebles de mi habitación. El escritorio, el sofá, el armario. Saco la aspiradora y empiezo a aspirar en cada esquina, en busca de huellas de ratón, por alguna parte debía estar el individuo ése. Nada no hallo huellas, ningún rastro de ratón.

Ahhhh...... Miren detrás de mi biblioteca. Es imposible ver allí. No tengo idea si habita a seres vivientes. CreO que sólo libros, volúmenes, en desuso, cargados del polvo, arrumados en un estante empotrado en una esquina. signo de que me voy quedando por aquí.

Jalo el estante de libros. jalo con mis manos para ver qué tengo exactamente detrás del mueble. está bastante pesado, lo sé. Y ALLÍ LO VEO, señores y señoras. habíamos dormido dos noches juntos (con quinientas más) bajo el mismo techo, por poco la misma cama. él detrás de mi biblioteca y yo en mi camarote. amigos de toda la vida, caray, acompañados.

Es una casa de ratón. caquitas por allí, tierra blanca sobre la alfombra. pienso: y esta cal?? del muro, como si hubiese estado mascando, comiéndose la cal del muro. inteligente el ratón. había hecho un hoyo pequeño detrás de la biblioteca, y allí debajo del mueble, había una guarida perfecta en donde dormir y pasar las noches. una sorpresa evidentemente sorprendente porque claro yo vivo allí y me siento a leer siempre al lado de de la biblioteca, y nunca me había percatado del ratonzuelo. El ratón salió por supuesto, disparado, hacia algún lugar sin dirección, salio por la puerta amarilla... a la cocina... después al corredor y se metió a su hoyo echo un pichín, Ja, descubrí su escondite.

Mi casa es ahora un lugar protegido por rastros de comida. habíamos dormido bajo el mismo techo, y compartido una temporada juntos. pero te fuiste ratón, te fuiste. ahora no estás, ya no no.

PiErDo PAísEs

Borro fronteras - Viajo para conocer mi geografía