uno suele recuperar lo perdido, incluso el tiempo, incluso el espacio, incluso los objetos robados. no digo ahora que ya no está ni menos que volvió. sin embargo ella regresó a mí, en la casa de los monos del canal de agua llamado "los caballeros" en donde estaba sin llave, tirada en la vereda, totalmente abandonada. cuando la vi me dije: "llévatela", pero fue una señora la que me propuso llevármela. la alcé del suelo, le miré las llantas y el asiento, "un poco oxidada", pensé, pero me la llevé.
ahora huelo el olor de la carne entrar al café internet. es hora de comer. ella está de vuelta en mi ventana y yo la miro con los aros torcidos, con el timón descuadrado. "tengo mucho que reparar", creo, pero para ello, el sacrificio. aquí uno no cuenta en soles pero sí en euros. parcharle la llanta multiplicará el sol por cincuenta y vaya eso sí que le duele al bolsillo. extraño a mi chino de la esquina que sólo me cobraba un sol por el parche... ahora tengo que ir aquí a la vuelta de mi ventana a parcharla por media hora. aquí no se cuenta por parche ni por moneda. aquí se cuenta por tiempo. ¿por qué el tiempo cuesta veinte euros?
2 comentarios:
bello
Hola Susana, me alegro que recuperaras al fin tu bicicleta. Lástima que los europeos seamos tan cicateros con el dinero. (En Holanda y en España). Muchas veces resulta mejor hacer las cosas tu mismo. Todos aprendimos de pequeños a reparar nuestras bicis. Las sometíamos a muchas perrerías y no siempre aguantaban, las pobres.
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