A Arantas y Honoratos sólo se llega navegando. Un par de horas desde el puerto de QUilca, entre olas que arrullan al viajero todo el camino. También se puede llegar caminando por el antiguo camino inca e hispánico que conecta estos puntos de Arantas y Honoratos con el puerto de QUilca, el primero en la colonia de la historia del Perú.
El antiguo camino viene desde el valle de Sihuas. Hoy nadie sabe ni piensa en la existencia de ese camino. Algunos arqueólogos querían investigar la zona, pero no se sabe nada de ellos.
Todavía hay restos de algunas construcciones, bosques de higueras y pozos de agua dulce que confirman aquel habitad formado por los antiguos. En Arantas hay restos de lo que pudo ser una población moderna. Casas de madera de techos altos que sobreviven el calor de ese pedazo de desierto en el pacífico. Parece ser que perteneció a una familia de la que no se sabe hoy. Y en Honoratos hay restos más antiguos aún, de esa época en que se intercambiaba el pescado entre la costa y la sierra.
Para llegar allí, lo mejor ir a Camaná, alquiar un auto a Quilca o en combi y después en lancha hacia las playas. Allí se respira el paraíso, con lobos de mar, lugar para el buceo, historia, tranquilidad y mucho más. SOL !
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