jueves, febrero 15, 2007

writing

I was trying to write then and I found the greatest difficulty was to put down what really happened in action; what the actual things were which produced the emotion that you experienced…the real thing, the sequence of motion and fact which made the emotion and which would be as valid in a year or ten years or, with luck and if you stated it purely enough, always.
-Ernest Hemingway

Writing it's not an easy job. I'm trying right now to write my master thesis and it doesn't come out so easyly. I have to find structure and also some discipline. Without discipline, as my great master says, you're gone.
S

lunes, febrero 12, 2007

Un liliput (segunda parte)


Vuelvo después de dos años al instituto. Bajo del taxi, camino por la acera que me lleva al edificio donde trabajaba con Liliput. No veo caras conocidas, sólo algunas que por allí me saludan (y todavía me recuerdan): "¿vendrá a volver a enseñar?", preguntan. Subo las escaleras que me conducen a la oficina que compartía con Liliput. No veo a nadie por los pasillos, entro y me saluda un desconocido. Pregunto por Lili. Nadie sabe o entiende de lo que hablo. Busco otra oficina. Tampoco lo hallo, sólo caras desconocidas, que niegan con la cabeza.
Salgo al pasillo, pasa un viejo profesor. Oiga usted, ¿dónde está Lili? Mira, niega con la cabeza, sonríe, ya no trabaja acá (?).
Sigo caminando, lo mejor sería buscar al director, que me explique qué pasó con Lili, la promesa del programa de Matemática. El director me abre, me abraza, le alegra verme, jamás imaginé que le alegraría verme, Liliput siempre decía que era una indeseable, que me largue, que siga otro rumbo, "tú no estás hecha para este Instituto", y así me largué dejándole todo lo que él nunca hubiese podido hacer.
El director me señala una silla, me siento, me dice: "se fue, nos engañó, él no ha sido el gran empleado del Banco, tampoco el gran maestro que simulaba ser, su tesis fue una repetición de ideas, y falló". ¿Y su mujer? ¿Su mujer? Llegó desde el extranjero vestida de rosado, utilizaba el pasillo como un lugar para las habladurías, sólo comía aceite de oliva y quería un sueldo más alto.
¿Y dónde quedó la promesa?
Me quedo en silencio, no sé qué decir, sólo le recuerdo al director que el mundo puede dar más vueltas. Y antes de que añada un comentario más me despido y salgo por el mismo camino escuchando a la gente decir: "era un desleal". Un alumno se acerca a mí para enseñarme una novela. "¿Volverá a enseñar?", pregunta. Yo le miro, me pide un autógrafo y lo reconozco: "tú no estudias más aquí, ¿no?".
Le firmo y leo: "Los geniecillos dominicales (versión enanilandia)". Ganó un premio internacional: por eso me fui de aquí y dejé a Liliput.

sábado, febrero 03, 2007

lo mejor

Uno de los mejores momentos vividos en estos cinco meses fue mi paseo por Pisac. Me pregunto si aquella sensación de cosquilleo por el ombligo (mi ombligo) es natural. Llegué a la zona religiosa y nunca percibí el color tan dorado de los muros incaicos, y los pórticos y las ventanas. En medio de esta construcción inca, evidemente construida por unos verdaderos arquitectos (que no sé adónde se han ido con ese misterio!), hay una gran piedra llamada el Intiwatana. Qué poderoso lugar! Una roca que sale de la cresta de la montaña en forma de altar. Los incas han sabido construir un perfecto muro alrededor de ella del cual ahora sólo se ve la mitad! Me pregunto: dónde está el resto del muro? Sólo cabe usar la IMAGINACION ! Qué hermoso debió de haber sido en su tiempo, con el sol alumbrando el altar a través de las ventanas incaicas. POr un momento regresé al pasado como si yo hubiese sido parte de. Y recibí la energía del Intiwatana.
Regresé feliz al Cusco. Bajé la montaña de Pisac caminando entre los andenes incaicos (esas terrazas amuralladas). Estuve tan feliz que no me di cuenta de la insolación. El sol me encendió en la cara. Hasta ahora sigo iluminada.

retorno

Alguien me dijo hoy por el teléfono que no debería de ponerme triste.
Acabo de llegar otra vez al mundo de las teclas cambiadas después de cinco meses por mi Patria, el Perú. Confieso que no estaba mentalmente preparada para recibir este pequeño gran choque: llegué a las callecitas naranjas (medio rosadas) de la Groenesteeg y me eché a llorar. Quería sentir todavía el cálido calor de mis montañas, ver los paisajes de mis valles, llenarme de esas sensaciones y olores que sólo se viven en mi país; tenerlas tan dentro de mí para no olvidarme de ellas.
Me puse a oler la ropa de mi maleta, me abracé a ella toda nostálgica, con heimwee, como dirían aquí, y volví a mi lugar.
Empiezo una nueva etapa en mi vida con la familia aquí. En los cinco meses peruanos viajé de norte a sur, de oriente a occidente. No sé cómo enumerar todas mis experiencias. Vi todos los lugares que deseaba ver y las personas (aunque me hayan faltado ver algunos rostros del pasado) a las que más quería; pero qué difícil es saber que no siempre te vas a quedar con ellas, aunque estén allí. Venir a otro país a buscar el porvenir no es siempre una buena idea. Uno debería estar donde su corazón desea estar.
Yo deseo estar allí, pero ya no me pongo triste. Sé que mi país siempre está conmigo. Y lo llevaré adonde vaya !

PiErDo PAísEs

Borro fronteras - Viajo para conocer mi geografía