Hoy es uno de esos días con nubes grises en la ciudad, poco fértiles, insanos y fríos. Pero uno tiene que trabajar, ser perseverante en lo que se ha propuesto, y esa constancia que intento meterle cada día a mis textos desde mi buhardilla roermondina, así se llama, se diluye con los cambios de clima.
Miro desde aquí la calle de afuera y no sé exactamente qué actividad hacer. ¿No les suele suceder? Llueve un poco, sopla el viento. Tantas cosas me distraen que pierdo el enfoque y termino metiéndome al internet para ver si fulanito o menganito me ha puesto un like en mi último status.
Y me doy cuenta después de una hora de que estoy perdiendo el tiempo.
Esta mañana no tengo ganas de leer ninguna letra, y me tomo el café de un tirón y me siento mal por no haber leído ninguna letra del clásico que estoy leyendo y me levanto del sofá a apuntar otra idea acerca de la inspiración. Trato de escribir algunas líneas, pero claro, en esta mañana tan extraña no llego a encontrar mis palabras.
Y miro la ventana que da a la calle otra vez. Afuera las tiendas están cerradas pero hay vida. Un carro arranca su motor, gente se saluda en la calle, ¿y a dónde quiero llegar hoy? Me lo pregunto asintiendo con la cabeza. Tengo todo un programa abierto. ¿pero la inspiración? qué difícil encontrarte, amiga. En algunas horas tendré que dar clases, y me tomaré un café, luego otro, hasta que venga la tarde, y quizás después de muchas horas encuentre a esa musa en el momento menos apropiado, como por ejemplo, leyendo el periódico en el baño.
Y después diré que me olvidé de este episodio.
3 comentarios:
Uf Su, tantas cosas juntas!!! Por dónde empezar? Bueno lo mánido, ya sabes aquello de que la inspiración viene sin querer, chambeando... lo dijo el mismo Vargas Llosa en la intro que escribió para la CAsa VErde, creo que se llama "La historia secreta de una novela", que el narrador es el desairado de las musas, que las gracias le pueden cantar al oído al poeta o al músico pero el novelista era el artesano, el chambeador feroz y terco... y cosa increíble dice él que entonces había días en que se sentaba frente a la máquina de escribir y no le salía ni una palabra... la correspondencia de Flaubert era en ese sentido un buen antídoto contra el desgano... Me parece que Zadie smith es quien dice aquello de que si vas a trabajar tu novela en un ordenador desconecta internet... yo no sé como lo hace, yo no puedo!! pero parece que da resultado.. pero es muy difícil no? Por otro lado el café no está mal... yo no lo dejaría... Balzac se tomana 16 cafeteras diarias.. claro murió joven, y escribió mucho.. no hay que llegar a tanto pero un sano estímulo no viene mal, no?... yo por la chamba nocturnas y los estudios estoy que tomo 3 tazas y un red bull..!! así voy hecho una combi a la universidad y luego duermo como si me hubiese apaleado!! jaja.. pero bueno será por unos días más qe en una semana acabo la chamba y a dedicarme a la univerisdad y a leer... por otro lado, no puedo dejar de envidiarte la buhardilla, es la imagen romántica que tengo de alguien que teclea y lucha por escribir.. ánimo Susana... te enetiendo, es difícil concentrarse con tanto estímulo, con tanto libro que se publica, con cada nuevo genio que sale en Kenia, en rumanía, en Brasil y hay que estar al tanto y leer y estar enterado.. y si al final mandaramos al diablo todo eso y nos concetraramos en los 6 u 7 verdaderos escritores a los que hay que leer... a profundidad?... no puedo dar grandes consejos, me siento como tú.. aunque tú al menos has tenido las agallas de ponerte a escribir una historia... yo huyo de la responsabilidad!!! no sé si algún día lo haré... un beso y de nuevo, ánimo!!
Pablo, muchas gracias por leer mi texto sobre la inspiración! Pues sí, me tomo varias tazas al día y vivo también conectada al internet, pero debo decir que hoy dejé el internet de lado, me dije "no visitaré ninguna página web" y funcionó, hasta que abrí Perder Países y encontré tu comentario; mañana no sé cómo me irá.
Pues, eso que me cuentas de Vargas Llosa debe ser real, seguro ha pasado por sus malos momentos, momentos de hastío, así les llamo. La imagen que tengo de él es de escribir escribir escribir... pero claro, es humano también, así que debió de haber tenido sus momentos malos, y sí, pues, hay tanto escritor suelto hoy en día que cualquiera puede ganar el Nóbel de Literatura. Si comparo a Murakami con De Mann me digo pufff qué gran diferencia! La profundidad de los textos de De Mann no los puedes comparar con el japonés.
Gracias una vez más... sobre mi buhardilla escribiré pronto un post para que conozcas la historia completa.
Saludos
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