es un poco extraño volver al origen. escribir otra vez con eñes, con tildes, adecuar los dedos a un antiguo teclado.
ahora estoy en una ciudad caótica. bajé del avión y sentí ese olor a tubo de escape que tanto me rodeó en la infancia. aquí de nuevo trazando mi camino, andando nuevas aceras que parecen de aterrizaje, conociendo nuevas caras, re-inventándome de nuevo. siendo YO, por fin.
dejé atrás a los antiguos enamorados, a las abuelas, a las tías antipáticas. decidí dejar atrás lo que me hace daño, lo que saca lo PEOR de mí, lo que me absorve, lo que no es transparente. busco lo mejor. analizo las autobiografías (y biografìas), ese yo interior que me anida, esos ojos que no son míos, siempre la imaginación.
ausculto los idiomas de los Andes con un libro gordo bajo el brazo y dos maestros verdaderamente maestros. me dicen "faltan jóvenes", les digo: "yo soy joven". recorro con mi imaginación un mapa detallado de una zona en la que viví y que volveré a recorrer con estas manos y estos pies (el día de las elecciones municipales) y no me lo creo, que la vida me lleve a mi antigua ciudad, a mi misterio, a mis montañas.
no es fácil, es difícil, créame usted, recorrer esta geografía tan abrupta como es la mía. pero la recorro sin quedarme en un sólo sitio, la examino aceptándome, vuelo como nunca antes volé.